En Estados Unidos, los derechos de la mujer tienen una historia larga y en cambio constante.
En décadas recientes se han dado importantes pasos para mejorar la educación, salud, vida familiar, oportunidades económicas y poder económico de la mujer. La experiencia en Estados Unidos muestra que, conforme la posición de la mujer avanza, también lo hace su familia, su comunidad, su lugar de trabajo y su nación.
De muchas maneras el nacimiento del movimiento de los derechos de la mujer estuvo relacionado muy estrechamente con el movimiento de la abolición, y fue apoyado fervientemente por muchas mujeres estadounidenses. Fue la exclusión de las delegadas abolicionistas femeninas a la Convención Mundial contra la Esclavitud, realizada en Londres en 1840 que inspiró a Elizabeth Cady Stanton y a la abolicionista Lucretia Mott a discutir el impulso al movimiento de los derechos de la mujer en Estados Unidos.
En la primera mitad del siglo XIX, a la mujer no se le permitían las mismas libertades que los hombres tenían ante la ley, la iglesia y el gobierno. La mujer no podía votar, ni tener un puesto en el gobierno, asistir a la universidad o tener un empleo. Si estaban casadas, no podían hacer contratos legales, divorciarse de un esposo abusivo ni obtener la custodia de sus hijos.
La mujer estadounidense ha obtenido importantes ganancias en su búsqueda por lograr igual oportunidad en las esferas de la vida económica y política de la nación A pesar de los retos que todavía enfrenta, la mujer estadounidense puede estar orgullosa de sus logros y el Mes Nacional de la Historia de la Mujer, establecido por el Congreso en 1987, es un buen momento para reflexionar sobre el progreso que la mujer ha hecho.
Llara.
jueves, 7 de enero de 2010
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