La mujer en la sociedad romana era considerada un ser inferior que no podía tratar sus asuntos personalmente. Toda la autoridad estaba en manos de los hombres que dominaban todos los asuntos privados y públicos.
En las familias ricas, la mujer debía llevar una vida de obediencia. El trabajo le era ajeno, excepto el hilar y tejer. Como ama de casa debía supervisar las tareas domésticas, cumplidas por los esclavos. Los hombres incluso tenían la autoridad para sentenciar a muerte a sus esposas en algunos casos en las que eran acusadas de ciertos crímenes.
La autoridad del hombre sobra la mujer en la sociedad romana incluía el derecho de venderla, torturarla, castigarla, mandarla al exilio e incluso hasta matarla. La mujer debía escuchar y obedecer todas las órdenes de los hombres y no tenía derecho a heredar.
Esto proviene de una sociedad anterior que hizo ejemplo a los romanos: la Griega.
Sara.
jueves, 7 de enero de 2010
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